Cuenta la leyenda que para escoger los animales que formarían parte del Horóscopo Chino, el Emperador Jade organizó una carrera a través de un río. Como eran malos nadadores, el Gato y la Rata idearon un plan para cruzar el río encima de la espalda del Buey. Debido a que el Buey es un animal cándido y amable, aceptó la proposición. Justo cuando iban a llegar a la meta, la Rata, para asegurar su victoria, empujó al Gato y éste cayó al agua. Y por este incidente, el Gato es el peor enemigo de la Rata y odia el agua.
Justo cuando el Buey llegaba a la meta, la Rata saltó por delante de su cabeza y el por eso que ella ocupa el primer puesto en el Horóscopo. En segundo lugar está el Buey seguido por el Tigre, el más poderoso de todos los animales. La corriente de agua le arrastró río abajo, lo que explica el inusual tercer puesto del Tigre.
Así el Tigre fue el tercer animal en el Horóscopo. El Emperador escuchó un aplastante sonido seguido por la llegada del Conejo. El Conejo explicó que, al principio, había intentado cruzar el río saltando de piedra a piedra, pero que en un momento dado las piedras se acabaron dejándolo en mitad del río. De repente, un tronco flotando se acercó y el Conejo trepó por él para llegar a la meta. Así el Conejo obtuvo el cuarto puesto.
El quinto animal en llegar a la meta fue el Dragón. Incluso siendo una fuerte criatura, capaz de volar, no pudo llegar el primero porque se paró a mitad de la carrera para ayudar a unos humanos. Después, cuando iba a llegar a la meta, el Dragón vio a un pequeño Conejo trepando por un tronco, y decidió ayudarle con un gran soplido. El Emperador, encantado con la bondad del Dragón, le dio un merecido quinto puesto.
A todo esto, el Caballo llegó a la meta. La Serpiente se había escondido en la pezuña del Caballo así que también apareció de repente. Esto asustó al Caballo y le hizo caer, así que la Serpiente obtuvo el sexto lugar, y el séptimo fue para el Caballo.
El Carnero, el Mono y el Gallo llegaron juntos a la meta. Le dijeron al Emperador que se habían ayudado unos a otros para cruzar el río. El Gallo había encontrado una balsa y llevó al Mono y al Carnero consigo. El Mono y el Carnero apartaron la maleza para que la balsa del Gallo pudiera pasar. Encantado por la combinación de esfuerzos, el Emperador los incluyó en el Horóscopo. El Carnero fue nombrado el octavo animal, el Mono el noveno, y el Gallo el décimo.
Incluso si el Perro es el mejor nadador de todos, llegó en el puesto número once. El Perro explicó que a mitad de camino le apeteció un baño, y que las frescas aguas del río le resultaron irresistibles.
El último de todos fue el Cerdo, lo que le valió el puesto doce. Resulta que empezó a sentirse hambriento, así que se paró a mitad de camino para comer, y justo después se quedó dormido. Debido a que el Cerdo llegó el último, siempre será el peor enemigo de la Rata.
Así se configuraron los Doce Animales del Horóscopo Chino.
Otra bonita leyenda que explica la tradición de las mandarinas para el Nuevo Año Chino. Antiguamente, los Dragones venían a los pueblos humanos para comerse a los niños. Hubo una ocasión en la que un niño decidió plantarle cara, así que intentó defenderse de las fauces del dragón con una lámpara roja. Sorprendentemente, el dragón se asustó mucho, así que la gente del pueblo decidió poner muchas lamparitas rojas en las calles, para ahuyentar a los malvados dragones. Para evitar que las bestias siguieran teniendo ganas de comer niños, la gente empezó a dejarles comida en la puerta de las casas, y en particular mandarinas. Hoy día, tanto las lamparillas rojas como las mandarinas tienen un significado muy importante para los chinos. El día del Nuevo Año Chino, la gente se ofrece entre sí pequeñas mandarinas, en señal de buena relación entre las personas.
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