¿Cómo hacer una vuelta al mundo?

Cuando la idea de “dar la vuelta al mundo” aparece por primera vez en nuestra mente y decidimos hacerla realidad, una especie de frenesí nos invade el cuerpo. De repente, el planeta se vuelve del tamaño de una canica, y tenemos ganas de empezar cuanto antes. Le contamos nuestro plan a familiares y amigos, y empezamos a investigar sobre posibles destinaciones y países que nos interesan, las cosas bonitas para ver o las diferentes culturas que queremos conocer. Pero hay una serie de detalles técnicos que también hay que tener en cuenta, y que deben ser previstos con suficiente antelación. Aquí pongo algunos puntos que pueden ayudar a la hora de la organización, para que no os falte de nada durante el viaje:

Elegir entre un billete RTW o vuelos por separado
Hay un buen número de compañías que ofrecen billetes One-World, como StarAlliance o SkyTeam, que son grupos de aerolíneas de todo el mundo. Con ese billete puedes dar la vuelta al mundo, normalmente durante un año. Pero nosotros decidimos no viajar con ese método por varias razones: la primera, que no era posible incluir el viaje a la Isla de la Reunión con ese billete; la segunda, tiene algunas reglas que no nos convenían (sólo se puede ir en un sentido del planeta, los vuelos domésticos no están incluídos, no se puede volver a un país ya visitado…); la tercera, es que por ejemplo en Asia tienes montones de compañías lowcost; por último, el precio depende del número de paradas que hagas. Todo depende del tipo de viaje de cada uno.

La ruta
Aquí hay que tener en cuenta el tiempo y el dinero, pero especialmente el tiempo. Una vez que se han elegido los países, hay que empezar a pensar en el tiempo que se quiere pasar en cada país, y la ruta interna que se quiere hacer. En este punto, hay que ser realista con el tamaño del país y documentarse acerca de los transportes. No hay que volverse loco y querer ver todas las ciudades o todos los monumentos: a veces es más costoso de lo que parece. Pero con tener más o menos una idea de a dónde se quiere ir una vez que se aterriza en el lugar es suficiente, y ahorra mucho estrés. Nosotros opinamos que a veces hay que dejarle espacio a la aventura y a las corazonadas, y dejarse llevar. Lo más difícil es decidir a dónde “no” ir…

Las vacunas
Este tema debe planearse con al menos dos meses de antelación. En la mayoría de ciudades hay un Centro de Vacunación Internacional, donde te explican todos los tratamientos que hay que seguir antes, durante y después del viaje. La mayoría de vacunas son gratis para los ciudadanos de la Unión Europea (Charlélie se las puso en Cartagena sólo pagó las que son de pago también para mí). Hay que llevar la ruta con todos los países que se van a visitar. Nosotros nos pusimos las siguientes: recuerdo del Tétanos-Difteria, Poliomielitis, Hepatitis B, Hepatitis A, Rabia, Fiebre Amarilla y Fiebre Tifoidea.

Las medicinas
No hace falta tener un padre farmacéutico para ir bien equipado. Llevar un buen botiquín es vital, ya que a veces será difícil encontrar cierto tipo de medicamentos. Para que no ocupe mucho espacio, hay que sacar los blísteres de sus cajas y guardar los prospectos en un sobre (para consultarlos al tomar los medicamentos). Esto es lo básico (en cursiva están los nombres más comunes o del genérico):
- Pastillas de potabilización de agua (puede que luego no las utilicéis, pero nunca se sabe).
- Antibióticos: Ciprofloxacino – antibiótico de amplio espectro, y Azitromicina.
- Carbón activado: para cuando comes algo en mal estado y te da gases y/o un poco de diarrea.
- Colirio para picor de ojos y crema ocular en caso de orzuelos.
- Antihistamínico (Ebastel Forte): para alergias que no sabías que tenías.
- Betadine, alcohol, vendas, tiritas, esparadrapo, compresas antiquemaduras/compresas clorhexidine.
- Toallitas desinfectantes (Eridosis, con antibiótico): son unas toallitas individuales para desinfectar bien heridas o para cuando sale pus.
- Repelente de mosquitos: importantísimo, debe ser un ritual.
- Sulfintestín neomicina: para cuando comes algo que te sienta mal, es un antibiótico de acción localizada en el intestino.
- Ibuprofeno: para dolores.
- Paracetamol 1gr
- Jeringuillas: nunca se sabe en qué hospital puedes acabar y su nivel de higiene…
- Antidiarrea (Loperan)
- Guantes de látex
- Protector de estómago (Omeprazol)
- Algo para los hongos vaginales (Canestén): a saber lo que hay en los váteres en los que te sientas…
- Antiparásitos (Metronidazol – conviene tomar uno de vez en cuando, y Albendazol – para tratamientos de varios días contra los parásitos intestinales). Comer carne mal cocinada o en mal estado y pescado crudo (sushi) puede traer amiguitos en el intestino. No es peligroso, no te sientes mal físicamente, pero te pica el culo, hablando mal y pronto.
- Pamoato de pirantel (nombre comercial, Trilombrin): son unos comprimidos masticables para cuando tienes lombrices. Cuando te sientas “raro” intestinalmente hablando, observar tu propia caca te dará muchas respuestas.
- El famoso Smecta (el compuesto, Diosmectite): como su propio nombre indica, puede ser “dios” cuando te da una cagalera, porque te calma la barriguica y los dolores de estómago e intestinos.
Termómetro: para cuando sientas que tienes fiebre, y poder evaluar hasta qué punto estás malo.

¿Qué me llevo?
La mochila para un viaje de varios meses debe ser ligera pero también debe contener todo lo necesario. Algunas cosas pueden parecer obvias, pero otras te harán sentir casi como si estuvieras en casa. Es totalmente posible hacer un viaje cucarachero/mochilero y seguir cómoda y limpia. He aquí la lista y la explicación de por qué llevarlas:
- Algo de abrigo: una bufanda, un forro polar, una camiseta térmica, una chaqueta de punto y calcetines gordos. Aunque vayas a países cálidos, puede haber noches frescas o mal tiempo inesperado. Sudaderas no, porque pesan y ocupan mucho espacio, y no protegen tanto como el polar.
- Ropa interior: yo llevo 9 bragas, 3 pares de calcetines cortos, 3 pares de calcetas largas y dos sujetadores. Los calcetines pueden utilizarse máximo dos días, pero las bragas no se “reciclan”!
- Un bikini o un bañador.
- Parte de arriba: llevo 3 camisetas de manga larga, 4 camisetas de tirantes, una camiseta de manga corta y un vestido.
- Parte de abajo: unos pantalones largos convertibles en cortos, de esos que tienen varios bolsillos, y dos leggings. Vaqueros no, porque ocupan mucho, y no son prácticos (dan calor en verano y no protegen contra el frío en invierno). Puedes coserte una cremallera en uno de los bolsillos del pantalón, o un bolsillo secreto por dentro, para llevar el dinero en piezas pequeñas que te gastarás por la calle.
- Pies: unas chanclas (para las duchas con caldillos de hongos), unas zapatillas cómodas y finas de estar por casa, y unos tenis buenos, con suelas gruesas, cordones, y cómodos para caminar largas distancias (estos últimos no son necesariamente bonitos, pero es lo más conveniente).
- Ropa especial: una camisa o un vestido para ocasiones que los requieran (fiestas y Embajadas), para no dar la impresión de “mochilero cucarachero”.
- Un cinturón, porque cuando se viaja se adelgaza, y los pantalones que te compraste al principio se escurren hacia abajo en unos meses.
- Una cuerda de 4 ó 5 metros y pinzas para la ropa: corremos el riesgo de que nuestra habitación de hotel parezca una casa de gitanos (con todos mis respetos a esta comunidad), pero todo se secará más rápido cuando te hagas tu propia lavandería, si no es posible hacerla en otro sitio. A veces será caro lavarlo en el hotel, otras veces el hotel no te dará confianza. También hay que llevar un jabón para la ropa o una bolsita con detergente en polvo. Es recomendable hacer la colada cada dos o tres días, al menos la ropa interior, para que no se acumule y tengas que pegarte la paliza cuando no tengas más muda limpia.
- Cosas prácticas: un costurero, tijeras, un mini-cutter, imperdibles, condones, papel y boli.
- Aseo y belleza: pinzas de depilar, cortaúñas, cepillo de dientes, peine, crema para la cara, maquillaje (llevar lo básico, un eye-liner, un colorete y una base). Para no ser la mujer-mono durante el viaje, llevar cuchillas de afeitar y una epil-lady eléctrica pequeñita (en mi caso es necesario!). Llevar toallitas húmedas en la mochila de mano y un botecito de gel antibacterias también es práctico. Los kleenex son imprescindibles, ya que en muchos sitios el papel WC es escaso o inexistente.
- Ducha: una toalla de microfibra (ocupa poco, no pesa nada y seca bien), una toalla para cara y pelo, y una toalla de esas de bidé para las partes íntimas.
- Electrónica: cámara de fotos (una compacta vale si no eres fotógrafo profesional), un mp4 básico para los largos transportes, sus respectivos cargadores y un adaptador universal para enchufes. Nosotros llevamos un ordenador pequeño, pero se puede sobrevivir sin él.
- Higiene íntima: llevar una bolsa de aseo con una buena provisión de compresas, salva-slips y tampones (estos últimos no son tan fáciles de encontrar en la mayoría de países). Hay un tema importante con respecto a los salva-slips: yo los llevo cada día, incluso sin tener la regla. El motivo es que, al lavar a mano, todo tipo de hongos y bacterias no se eliminan bien de la ropa interior. Si a esto le sumamos la infinidad de lugares de sospechosa higienización en los que te sientas, peor aún. Para ahorrarse hongos vaginales cada dos por tres y conservar las bragas bien aseptizadas, llevad salva-slips de esos finísimos. Recargad la bolsa de aseo cuando empiece a vaciarse.
- Una almohada hinchable cuadrada y una funda lavable para hoteles con almohadas de extraña procedencia.
- Una almohada de esas en forma de “C” para viajes en autobús o tren.
- Saco de dormir y sábana interior: hay sacos súper ligeros que protegen del frío (el mío pesa 700 gramos) y sábanas de seda que no ocupan apenas espacio y se secan en 40 minutos cuando las lavas a mano.
- Una fiambrera de esas que llevan un par de vasos y cubiertos de plástico puede ser útil (para prepararte un medicamento efervescente o para no comer con las manos). Una cantimplora no es necesario porque siempre ser podrán comprar botellines de agua.
- Bolsas de tela separadoras con cremallera: yo llevo tres, una pequeña para la ropa interior, una mediana para las toallas, y una más grande para toda la ropa. Así la mochila estará bien ordenada siempre y todo el espacio será aprovechado.

Ahora, el problema viene cuando hay que hacer que tooodo esto pese entre 8 y 10 kilos… Pero puedo decir que es perfectamente posible, porque es lo que yo llevo.

* Cómo racionalizar la mochila: el único secreto para que todo quepa bien es que hay que doblar la ropa perfectamente, porque así ocupa menos. Incluso la ropa sucia debe guardarse doblada en una bolsa aparte. Llenar la mochila debe ser como jugar al Tetris!!!





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